Tornillos hexagonales: Son los más frecuentes. Según la forma del
extremo de la espiga, se utilizan como tornillos de montaje, de presión o de
fijación. Pueden estar total o parcialmente roscados.
Tornillos Allen: Son tornillos
avellanados, con cabeza cilíndrica o cónica, que utilizan una llave especial,
denominada llave Allen, que encaja en un orificio hexagonal de la cabeza.
Tornillos de cabeza
ranurada: Son tornillos que tienen la
cabeza con un orificio o una ranura en el que se encaja algún tipo de
destornillador. Las ranuras rectas son
útiles para destornilladores manuales.
Los orificios en cruz y hexagonales son útiles para destornilladores
automáticos ya que permiten el auto centrado de la punta del destornillador
Tornillos para pernos: Tienen alguna forma especial en su cabeza o
en el principio de su espiga de forma que quedan completamente encajados en el
orificio de montaje y no pueden girar. Estos tornillos se utilizan siempre
junto con con una tuerca.
Varillas roscadas: Quedan ocultos en el orificio en el que
roscan. Desempeñan la función de prisioneros.
Tornillos especiales: Se utilizan para funciones especiales, como
por ejemplo: Tornillos de bloqueo, que
se montan con un patín en su extremo y ejercen la función de tornillo de
presión. Cáncamos, que sirven para
sujetar argollas en carcasas para poder ser desplazadas por elementos de
elevación y transporte como puentes grúa.
Tornillos con ojal, que permite construir articulaciones a
elementos. Tornillos de mariposa, que
pueden ser apretados manualmente.
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